Obras

Tomé un elemento del imaginario mexicano; el alebrije, figura que además de participar en la configuración de la identidad mexicana, tiene en lo particular una relación conmigo. Así estás figuras se conforman de partes de distintos animales para su creación, dotando a estos seres de una monstruosidad única.

La configuración de un sujeto, pienso, no está tan alejada de la de estas criaturas. Así la realización de esta obra obedece a un motivo personal, partiendo del juego e intuición pictórica, busca mediante la síntesis y la metáfora crear una imagen-reflejo de parte de mi identidad.

Esta pieza es una imagen figurativa de arte digital, de composición central con algunos elementos dinámicos y bruscos para lograr un contraste con la delicadeza de la figura central, nace a partir de un relato sobre un hecho verídico ocurrido en la zona conurbada, donde una madre en un consultorio psiquiátrico reporta como su vida se ha visto trastocada con un marcado trastorno de ansiedad, a raíz de la muerte de su hijo menor de 9 años por un asalto. Aquí retomo y reinterpreto una fotografía antigua del siglo XIX de MEMENTO MORI, en las cuales se documentaban las muertes prematuras de bebés o niños. Trato de representar tanto el dolor de la madre, en su relato, como la fragilidad de la vida y lo constante de la muerte en nuestro entorno. Rompiendo con el mito de que la muerte es sólo para las personas viejas o que “han vivido lo suficiente”. Vivimos en una realidad permeada de violencia, generada mayormente por problemas sociales y estos van en aumento, llegando a afectar a los más inocentes y desprotegidos del tejido social.